Mi generación, (entiendo como tal los nacidos en la década de los 70), es un extraño híbrido entre el hombre o mujer cibernáutico, informatizado y con dedos pulgares capaces de producir ochenta y cinco pulsaciones al segundo en el teléfono o mando de consola, nacido después de los ochenta, y el hombre o mujer náutico a secas, incapaz de programar el vídeo, amarrado al pasado por el cable del teléfono fijo y con dedos pulgares hipertroficos capaces de pasar las hojas de su sempiterna libreta de contactos escritos a boli a una velocidad endiablada, nacidos antes de los setenta.
Nosotros crecimos a la par que se desarrollaba la tecnología. Crecimos con el "Espectrum" y sus juegos árcade (el que podía) como compañeros de juego, el revolucionario vídeo beta, y hasta conocimos la tele en blanco y negro y fuimos invitados de excepción a su portentoso salto al futuro... El color.
Toda esta perorata no es sino, el modo más racional que encuentra mi cerebro practico como escusa para asimilar mi total incapacidad para desenvolverme con soltura en este maravilloso mundo cibernetico que es, como diría mi madre, "la internés". De modo que aún sabiendo que los generalismos son tan malos como los generalísimos, me aventuro a asegurar que la nuestra, queridos hermanos, es una generación a caballo entre la "arroba" y la "algarroba".
Pufff... Y toda esta movida para justificar que no tengo narices a subir el vídeo de mi ultima aparición televisiva en Antena 3 (Espejo publico), porque soy un negado con la informática. En fin. Que lo siento. Que no es nada personal y eso, que ya se que sois todos muy guays y muy modernos... Pero yo no... ¡Que pasa!